La editorial Lunwerg, en colaboración con la Fundación Federico García Lorca, publicó en 2011 Poeta en Nueva York- Cita en Manhattan, un exquisito libro que recoge el famoso poemario de García Lorca en edición bilingüe español-inglés conjuntamente con una selección de fotografías de José Robés pertenecientes a su exposición "Manhattan... cita con Lorca". Nada diremos aquí, Dios nos libre, sobre las poesías de Lorca, ni es el lugar ni nos atreveríamos. Pero sí podemos aventurarnos a comentar algo sobre las imágenes que las ilustran en este caso.
En primer lugar el propio fotógrafo, que se declara admirador apasionado de la obra del poeta, reconoce que sería pretencioso buscar en cada imagen una interpretación visual de los poemas de Lorca y señala que sí fue su intención buscar una fusión entre poesía y fotografía en un sentido global, respetando la personalidad propia de cada mirada. A un tiempo de esto señala que la ciudad que conoció el poeta allá en 1930 sigue siendo hoy prácticamente la misma que él retrata porque, a su juicio, esta es la ciudad que menos ha cambiado del planeta en estas largas décadas. Y en esto lo siento pero no estamos de acuerdo... El propio Lorca definió Nueva York con las palabras geometría y angustia. Si bien es cierto que la geometría de la urbe persiste intacta, o al menos poco alterada en su esencia, la angustia o cualquier otra emoción colectiva que esta pueda respirar es muy, muy diferente en la actualidad. Y eso se traduce a las claras, fuere su intención o no, en las fotografías de Robés.
Federico García Lorca vivió en Nueva York de junio de 1929 a marzo de 1930, o sea que asistió en directo, desde el mismo epicentro de la hecatombe, al impacto que sobre la sociedad americana provocó el crack bursátil del 29 y la consiguiente crisis letal que afecto al sistema capitalista americano durante años. Si a eso añadimos la naturaleza e ideología del poeta, tan contrarias al mecanicismo y la industrialización capitalista, es fácil comprender el rechazo profundo que se produjo en lo más hondo y que se traducen en estos poemas que lejos de cantar las alabanzas de la bella geometría de su arquitectura gritan a las claras las injusticias, discriminación y alienación humana que en su seno se producen. Lorca no habla, por ejemplo, de "los negros" desde la fascinación del multiculturalismo sino desde el rechazo a la discriminación racial.
José Robés por su parte tomó las fotografías que componen esta colección en 2001, justo unos meses antes del derribo de las Torres Gemelas, o sea cuando la ciudad, ajena a la tragedia que se avecinaba, vivía sus momentos más álgidos de plenitud y optimismo y eso se nota en las imágenes. Por ello podemos decir que la mirada del fotógrafo más que acompañar a la del poeta la complementa, y entendido así el libro es un acierto. Las fotografías de Robés, de un blanco y negro denso, profundo y técnicamente impecable respiran por encima de todo una estética depurada que domina en su conjunto imponiéndose a los ligeros atisbos de denuncia social que se apuntan tan solo en alguna de las instantáneas. Varias de sus tomas pueden parecer, a mi humilde juicio, tópicas en exceso pero en otras encontramos hallazgos personales dignos de elogio. Y, por supuesto, en su conjunto la calidad fotográfica está asegurada. Vean y juzguen ustedes mismos.
José Robés por su parte tomó las fotografías que componen esta colección en 2001, justo unos meses antes del derribo de las Torres Gemelas, o sea cuando la ciudad, ajena a la tragedia que se avecinaba, vivía sus momentos más álgidos de plenitud y optimismo y eso se nota en las imágenes. Por ello podemos decir que la mirada del fotógrafo más que acompañar a la del poeta la complementa, y entendido así el libro es un acierto. Las fotografías de Robés, de un blanco y negro denso, profundo y técnicamente impecable respiran por encima de todo una estética depurada que domina en su conjunto imponiéndose a los ligeros atisbos de denuncia social que se apuntan tan solo en alguna de las instantáneas. Varias de sus tomas pueden parecer, a mi humilde juicio, tópicas en exceso pero en otras encontramos hallazgos personales dignos de elogio. Y, por supuesto, en su conjunto la calidad fotográfica está asegurada. Vean y juzguen ustedes mismos.
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