Las Campas, Castropol, Asturias. ©Jesús Risueño Fotografía-2012. |
Fin de semana en una casa rural de Las Campas, una preciosa, tranquilisima y sorprendentemente llana zona de la costa noroeste asturiana, lindando ya casi con Galicia. El domingo se ha levantado con un precioso cielo azul y mientras desayunamos miro por la ventana y salgo a toda prisa, pijama al viento y cámara en mano, porque el cielo está cambiando a velocidad de vértigo y surgen serias dudas matinales en forma de oscuros nubarrones que nos acechan desde el mar y amenazan con invadirlo todo. Mientras me concentro en encuadrar y disparar sobre este incierto horizonte aparece de la nada una prima de mi santa esposa que bajando la ventanilla me saluda con infinita conmiseración a la vez que mira fijamente a la cámara y elegantemente hace como que no ve mi pijama. Vaya por Dios, para un coche que pasa cada hora por la bendita pista, tenía que ser justo en ese momento y tenía que ser justo una de las dos únicas personas que me conocen en kilómetros a la redonda. De vuelta a la casa, tal vez para anestesiar mi sensación de ridículo pienso que si París bien valía una misa, una buena ocasión fotográfica tampoco se debe desaprovechar por pequeñeces como esta. Después, de forma inesperada, me acuerdo de aquel famoso frente de las Azores que los bigotudos hombres del tiempo de mi infancia se empeñaban en esgrimir como motivo de todos los cambios climatológicos de la peninsula y me olvido del encuentro. Más tarde, procedente o no de la Azores, cayó tal tormenta que se podía atravesar la llanura de la imagen a nado. Menos mal que para entonces ya me había cambiado el pijama.
4 comentarios:
Bueno, de todos es bien sabido que los artistas tienen un punto de locura y extravagancia nada desdeñable. Si no, tú fíjate cómo pillaron los objetivos fotográficos a Gustav Klimt, con esos camisones horrorosos hasta los pies y los pelos revueltos. Tú con tu pijama, al lado de Klimt, un dandy.
Y desde luego, como tú bien dices, esa foto bien merecía tu exposición pública en paños menores ¡cualquiera se está poniendo los pantalones y los calcetines cuando te persigue el frente de las Azores…!
Enhorabuena por haber capturado ese imponente cielo, artista.
Romance Anónimo
Hombre, si pintas como Klimt se te perdonan los camisones y lo que haga falta, ya quisiera yo... Por otro lado es bien cierto que en esto de la fotografía la escena no espera, o atrapas el momento o lo pierdes para siempre.
Un saludo.
El cielo es el mejor especialista en arte efímero. Y el más salvajemente generoso: no le importa que la tormenta deshaga en lluvia su lienzo de naranjas y violetas, o que el viento empuje y destroce el velero blanco que había dibujado en una nube...No le importa porque sabe que los artistas de la cámara, se encargarán de atraparlo en su objetivo y que, tal vez en su casa, al volverlo a contemplar, lloren de emoción...
Romance Anónimo
Un bello y poético comentario. Gracias.
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