La fundación Luís Seoane es uno de esos lujos impagables de los que disfrutamos los coruñeses, aunque su vocación sea, claro está, proyectar su labor como referente de la cultura gallega más allá de nuestra ciudad. Hoy nos centraremos en el edificio, una pieza arquitectónica singular y de gran atractivo visual que resulta, sin embargo, dificil de fotografiar debido a su complicado entorno y a su angosta ubicación en pleno casco histórico de Coruña. Transcribo algunos pasajes de la descripción que la propia fundación hace a través de su sitio web acerca del concepto arquitectónico que guió la gestación de su sede:
"La Fundación Luis Seoane está ubicada en un antiguo cuartel rehabilitado e inaugurado en mayo de 2003. Construido por los arquitectos Juan Creus y Covadonga Carrasco, está concebido como un gran hórreo de granito y cristal que gira en torno al antaño Patio de Armas de la antigua edificación militar... El edificio original databa de 1703, y había sufrido múltiples transformaciones, no siendo una construcción de especial interés patrimonial, aunque conservaba un hermoso Patio de Armas con losas de granito y columnas del mismo material
El patio fue el elemento a partir del que se organizaron el resto de los espacios, tanto interiores como exteriores, a través de aberturas y transparencias. Gracias a éstas el patio se extiende hacia las calles, la muralla y el parque, haciendo que la planta baja del edificio permita múltiples visiones, recorridos y referencias que integran definitivamente este espacio en la trama de la ciudad histórica y le confieren un valor de acogida que nunca había tenido como cuartel.
Se construyó una fachada nueva, con piedra y vidrio, que define el vestíbulo de acogida y que con su transparencia permite intuir el patio desde el exterior. Es un gran hórreo hecho con una doble piel de largas piezas de granito de 240 cm. de longitud y 14 cm. de espesor que se van apoyando en otras más pequeñas en forma de U de 33 cm. de ancho que abrazan una estructura metálica que soporta el paño ciego de la segunda planta... La elección del granito para la fachada del edificio no es casual: le sirve a éste como punto de integración en el entorno, ya que la mayor parte de los edificios del Casco Histórico emplean este material. En el interior de la Fundación, la piedra sigue presente en los espacios de acogida (vestíbulo, recepción), pero, una vez franqueada la zona de entrada, la madera surge como elemento que destaca sobre el fondo blanco de las salas de exposición"
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