domingo, 28 de octubre de 2012

Hendrik Kerstens: Paula portraits

Bag/ Bolsa. Hendrik Kerstens 2009.

Mientras digiero el último libro de La Fábrica que ha caído en mis manos, dedicado a Pierre Gonnord (ardua tarea, ya se lo voy adelantando) al cual próximamente dedicaremos un post he pensado que no sería mala idea ir abriendo camino en esto del retrato contemporáneo de tintes pictoricistas con un par de artistas que a mi modo de ver presentan ciertas peculiaridades en su personal proyecto que los hace especialmente originales y atrayentes . Como primer ejemplo hoy veremos al muy singular y obsesivo Hendrik Kerstens quien, en el caso de que no le conozcan, a buen seguro les va a sorprender.
Hendrik Kerstens es un autodidacta holandés que en 1995, cuando tenía 39 años de edad, decidió dejarlo todo para dedicarse a la fotografía. Pensó en un primer momento echar mano del modelo que tenía más a mano, su hija Paula por aquel entonces de 9 años (véase su retrato con gorro de baño) y quedó tan fascinado con el resultado que inició así uno de los procesos de retrato más largos (si no el que más) de la historia. Y es que, sépanlo ustedes, a día de hoy o sea 17 años más tarde, Kerstens sigue dedicado prácticamente en exclusiva a realizar retratos de Paula, con los que ha organizado más de 40 exposiciones y obtenido prestigiosos galardones. Algunos críticos han dicho de él que en realidad Kerstens lleva toda su carrera haciendo la misma fotografía a lo que él replica que su obra demuestra como cada ser humano es un misterio tal que es imposible captarlo en su totalidad por muchas veces que se retrate.
Pero la originalidad de Kerstens no radica tan solo en la repetición obsesiva de la modelo. Su manejo de la luz, la contención cromática, la composición de la escena sobre sencillos fondos domésticos que han ido evolucionando hacia dramáticos claroscuros y la tendencia a la simplificación paulatina en aras de una mayor concentración psicológica sobre la modelo hacen que las fotografias de Kerstens se acerquen de modo progresivo a las obras pictóricas flamencas del siglo XVII, muy especialmente a ciertos cuadros de Vermeer y Rembrandt. Dada mi absoluta debilidad por estos pintores comprenderán ustedes que este  fotógrafo me tiene de antemano ganado. Porque, y ahí radica el autentico valor de este ‘rara avis’ de la fotografía, la identificación con este tipo de pinturas no se alcanza a través de la fácil cita literal sino por muy originales mecanismos compositivos, usando sencillisimos fondos, ropajes y objetos domésticos como tocados: bolsas de plástico, papel de cocina, papel de aluminio, servilletas, manteles de papel, pantallas de lámparas… El resultado es espectacular. Contemplen por ejemplo el retrato de Paula con una toalla húmeda sobre la cabeza y díganme si no les recuerda de forma deliciosa a La Joven de la Perla de Vermeer. Lo más curioso: Kerstens afirma por activa y por pasiva que nunca fue su intención producir un renovado estilo pictoricista y que su aproximación a la obra de estos pintores (que él reconoce como cierta) no se debe a una intención consciente sino que debe atribuirse a un misterioso “gen flamenco” que le lleva a realizar sus retratos de esta peculiar forma. Sinceramente no se que pensar, porque cuando un artista habla de su propia obra, háganme caso y no le crean ni una sola palabra.

Napkin/ Servilleta. Hendrik Kerstens 2009.
Bathing cap/ Gorro de baño. Hendrik Kerstens 1995.


Hendrik Kerstens, retrato de Paula.

Wet towell/ Toalla húmeda. Hendrik Kerstens
Black cap. Hendrik Kerstens

Hairnet, 2000. Hendrik Kerstens.
Trapo de cocina. Hendrik Kerstens

Flange. Hendrik Kerstens
Flange. Hendrik Kerstens
Red rabbit IV. Hendrik Kerstens
Bubble wrap/ Envoltorio burbuja. Hendrik Kerstens
Lamp shade/ pantalla de lámpara. Hendrik Kerstens
Paper roll / Rollo de papel. Hendrik Kerstens
Aluminium. Hendrik Kerstens 2012
Red rabbit I, II y III-Hendrik Kerstens
Pimp-up. Hendrik Kerstens


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