Templete en los jardines de Vidago (Portugal). ©Jesús Risueño Fotografía 2010 |
miércoles, 28 de noviembre de 2012
domingo, 25 de noviembre de 2012
Fotografía latinoamericana. Una selección (1895-2008)
Marcos López (Argentina) - Mónica Rodriguez (mi prima) 1986 |
La colección de fotografía de Anna Gamazo de Abelló fue concebida, según nos dice el conservador de la misma en la presentación de este libro, "en función de un doble criterio: geográfico, que abarca el continente latinoamericano y España, y cronológico, ya que casi exclusivamente están representados fotógrafos con obra realizada en el siglo XX y, en menor medida el XXI. Para esta primera presentación al público, decidimos limitarnos al corpus latinoamericano, del cual ofrecemos una selección."
El volumen contiene algo más de doscientas fotografías pertenecientes a una selección de 87 fotógrafos que representan a una extensa parte del vasto territorio que se pretende abarcar. Con tales premisas es fácil comprender que nos encontramos ante un pequeño cajón de sastre que renuncia a hilvanar un discurso medianamente definido en favor de una mayor pluralidad en la muestra, siendo la calidad el único pasaporte exigible para este particular viaje. A partir de ahí debemos aceptar esta recopilación con las virtudes e inevitables limitaciones que toda selección impone. Si es usted un buen conocedor del tema el libro puede carecer de otro interés que no sea el morbo de comprobar los autores incluidos y (más jugoso aún) los excluidos de esta colección. Pero si, como es mi caso, no es un buen conocedor de la rica fotografía latinoamercana, este libro tendrá la inapreciable virtud de descubrirles unos cuantos nombres a los que, sin duda alguna, merece la pena seguir la pista. Porque si, como dijo Borges, cuando uno escribe el primer lector es uno mismo, yo desde luego es lo que voy a hacer. Un saludo.
El volumen contiene algo más de doscientas fotografías pertenecientes a una selección de 87 fotógrafos que representan a una extensa parte del vasto territorio que se pretende abarcar. Con tales premisas es fácil comprender que nos encontramos ante un pequeño cajón de sastre que renuncia a hilvanar un discurso medianamente definido en favor de una mayor pluralidad en la muestra, siendo la calidad el único pasaporte exigible para este particular viaje. A partir de ahí debemos aceptar esta recopilación con las virtudes e inevitables limitaciones que toda selección impone. Si es usted un buen conocedor del tema el libro puede carecer de otro interés que no sea el morbo de comprobar los autores incluidos y (más jugoso aún) los excluidos de esta colección. Pero si, como es mi caso, no es un buen conocedor de la rica fotografía latinoamercana, este libro tendrá la inapreciable virtud de descubrirles unos cuantos nombres a los que, sin duda alguna, merece la pena seguir la pista. Porque si, como dijo Borges, cuando uno escribe el primer lector es uno mismo, yo desde luego es lo que voy a hacer. Un saludo.
Geraldo de Barros (Brasil) - Linhas interrompidas, 1948. |
Geraldo de Barros (Brasil) - Chapeus de palha, 1947. |
José Valenti (Brasil) - Miragem 1950. |
Annemarie Heinrich (Argentina). Veraneando en la ciudad, 1958 |
Enrique Bostelmann (Ecuador) - Otavaleros, 1970. |
Maureen Bisilliat (Brasil) - Sin título, 1970 |
Paolo Gasparini (Venezuela) - Lima, 1972. |
Juan Travnik (Argentina) - Javier, 1980 |
Juan Travnik (Argentina) - Sisi y Gabriela, 1980 |
Claudia Andujar (Brasil) - Marcados, 1981 |
Claudia Andujar (Brasil) - Marcados, 1981 |
Lázaro Blanco (México) - Las flechas, 1985. |
Adriana Lestido (Argentina) - Mujeres presas: Amalia, 1991 |
Adriana Lestido (Argentina) - Mujeres presas: Estela, 1991 |
Pablo López (México) - Tecamachalco, Ciudad de México, 2006. |
Pablo López (México) - Huixquilucan, 2007. |
Fotografía Latinoamericana 1895-2008 |
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Libros
sábado, 24 de noviembre de 2012
Artefactos
Playa de Sabón-Arteixo, A Coruña. Jesús Risueño Fotografía, 2012. |
Se denominan en fotografía, sobre todo en fotografía nocturna, "artefactos" a los destellos y extrañas manchas luminosas que inesperadamente y como por arte de magia aparecen en una toma cuando nuestro ojo no percibió nada del estilo. No es de extrañar, porque los artefactos se forman en realidad dentro de la cámara. Cuando abrimos el obturador el tiempo suficiente la luz puede volverse juguetona y quedar atrapada rebotando en las paredes interiores del objetivo hasta que impacta sobre el sensor, formando caprichosas formas. A partir de ahí esto es como todo en la vida, uno puede maldecir por considerar la toma arruinada o por el contrario relajarse y disfrutar del azar. A mí personalmente me gustan por dos razones: la primera porque de alguna forma me recuerdan a las manchitas que vemos en nuestros ojos cuando los restregamos por ejemplo al desperezarnos, lo cual me hace más humana la cámara y la segunda porque estos destellos una vez más nos vienen a recordar que no podemos tener todo bajo control y que vivimos en el reino de lo inesperado. Saludos.
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Long Exposure
jueves, 22 de noviembre de 2012
Un disparo: Serias dudas matinales.
Las Campas, Castropol, Asturias. ©Jesús Risueño Fotografía-2012. |
Fin de semana en una casa rural de Las Campas, una preciosa, tranquilisima y sorprendentemente llana zona de la costa noroeste asturiana, lindando ya casi con Galicia. El domingo se ha levantado con un precioso cielo azul y mientras desayunamos miro por la ventana y salgo a toda prisa, pijama al viento y cámara en mano, porque el cielo está cambiando a velocidad de vértigo y surgen serias dudas matinales en forma de oscuros nubarrones que nos acechan desde el mar y amenazan con invadirlo todo. Mientras me concentro en encuadrar y disparar sobre este incierto horizonte aparece de la nada una prima de mi santa esposa que bajando la ventanilla me saluda con infinita conmiseración a la vez que mira fijamente a la cámara y elegantemente hace como que no ve mi pijama. Vaya por Dios, para un coche que pasa cada hora por la bendita pista, tenía que ser justo en ese momento y tenía que ser justo una de las dos únicas personas que me conocen en kilómetros a la redonda. De vuelta a la casa, tal vez para anestesiar mi sensación de ridículo pienso que si París bien valía una misa, una buena ocasión fotográfica tampoco se debe desaprovechar por pequeñeces como esta. Después, de forma inesperada, me acuerdo de aquel famoso frente de las Azores que los bigotudos hombres del tiempo de mi infancia se empeñaban en esgrimir como motivo de todos los cambios climatológicos de la peninsula y me olvido del encuentro. Más tarde, procedente o no de la Azores, cayó tal tormenta que se podía atravesar la llanura de la imagen a nado. Menos mal que para entonces ya me había cambiado el pijama.
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domingo, 18 de noviembre de 2012
Nick Brandt. On This Earth
Nick Brandt - On This Earth, A Shadow Falls - Big Life Editions 2010. |
Nick Brandt es un fotógrafo
nacido y educado en Londres. Estudió en un principio Pintura y después Cine en
la prestigiosa St. Martins School of Art londinense, tras lo cual se trasladó a
los Estados Unidos donde realizó una fulgurante carrera como realizador de
video-clips para artistas famosos, entre ellos Michael Jackson. No es este un dato irrelevante ya que fue
precisamente realizando un video para el rey del pop americano (Earth Song), en el año 1995 en Tanzania, cuando Nick Brandt, como en una moderna versión
de la bíblica caída del caballo del apóstol San Pedro, tuvo la visión de
aquello que realmente quería hacer: dejar un último testimonio gráfico de la bellisima vida salvaje que irreversiblemente está desapareciendo del
continente africano a velocidad de vértigo. Intentó inicialmente realizar
vídeos sobre el tema pero tras un tiempo se convenció que por este medio no era
capaz de obtener unos resultados para él satisfactorios que sin embargo si alcanzó con
la fotografía. A partir del año 2000 se embarca en un gran proyecto consistente
en una trilogía que inmortalice los últimos vestigios de la grandiosa
naturaleza del Este de África. Las dos primeras entregas, tituladas On This Earth y A Shadow Falls componen el hermoso volumen que hoy revisamos.
El personal método de Brandt para obtener unas hermosísimas imágenes con un indiscutible sello propio se apoya, como siempre, tanto en una particular técnica como en su original visión. Técnicamente hablando Brandt se impone una disciplina férrea que incluye la fidelidad absoluta a su cámara Pentax 67, para los no iniciados una especial cámara reflex notablemente más grande que obtiene negativos de tamaño mayor del común de los mortales o sea 35mm. Es lo que se llama "formato medio", unos 60x70 mm. Otras fijaciones son el uso exclusivo de película en blanco y negro y la abjuración cuasi religiosa de cualquier tipo de zoom, que tanto se usan cuando de este tipo de fotografías se trata. Todo ello va encaminado a obtener fotografías de gran nitidez y completa escala de grises.
Pero sin duda es la particular visión de Brandt lo que más pesa en hacer sus fotografías tan distintas. En su obra predominan dos enfoques alternativos. Por un lado las grandes panorámicas, que combinan el bello paisaje africano con los movimientos de impresionantes manadas de elefantes, jirafas, ñus o hipopótamos en perfectas composiciones. Por otro, primeros planos de estos animales tratados con un cuidado y esmero extremos, como si de retratos de estudio se tratara. Tanto es así que a veces parece que la leona de turno haya pasado una sesión previa de maquillaje y que pose con la misma profesionalidad que Greta Garbo, porque estos retratos en primer plano, con las melenas leoninas ondulandose al viento desprenden tanto glamour como los retratos de las estrellas de Hollywood. Y esto no es (en este caso) una crítica, sino una mera constatación: el esteticismo pesa sobre la obra de Brandt de forma definitiva. A partir de ahí la cuestión es simple... ¿maravillosamente hermoso o demasiado bonito? ¿Son estas fotografías más falsas que un euro de madera o por el contrario fiel reflejo de una ya semi-domesticada vida salvaje que da sus últimos coletazos? Como siempre son ustedes quienes tienen que contestarse a esa pregunta.
Pero sin duda es la particular visión de Brandt lo que más pesa en hacer sus fotografías tan distintas. En su obra predominan dos enfoques alternativos. Por un lado las grandes panorámicas, que combinan el bello paisaje africano con los movimientos de impresionantes manadas de elefantes, jirafas, ñus o hipopótamos en perfectas composiciones. Por otro, primeros planos de estos animales tratados con un cuidado y esmero extremos, como si de retratos de estudio se tratara. Tanto es así que a veces parece que la leona de turno haya pasado una sesión previa de maquillaje y que pose con la misma profesionalidad que Greta Garbo, porque estos retratos en primer plano, con las melenas leoninas ondulandose al viento desprenden tanto glamour como los retratos de las estrellas de Hollywood. Y esto no es (en este caso) una crítica, sino una mera constatación: el esteticismo pesa sobre la obra de Brandt de forma definitiva. A partir de ahí la cuestión es simple... ¿maravillosamente hermoso o demasiado bonito? ¿Son estas fotografías más falsas que un euro de madera o por el contrario fiel reflejo de una ya semi-domesticada vida salvaje que da sus últimos coletazos? Como siempre son ustedes quienes tienen que contestarse a esa pregunta.
Elephant with exploding dust-Nick Brandt |
Elephants moving throught glass. -Nick Brandt |
Elephants moving throught glass II -Nick Brandt |
Giraffes in evening light_Maasai Mara- -Nick Brandt |
Giraffes migration trail -Nick Brandt |
Lions head to head -Nick Brandt |
Rhino on lake -Nick Brandt |
Zebras turning heads -Nick Brandt |
Lioness against rock -Nick Brandt |
Cheetah in tree -Nick Brandt |
Lion under leaning tree -Nick Brandt |
Lion with monolith -Nick Brandt |
Wildebeest arch -Nick Brandt |
Hippos in Mara River -Nick Brandt |
Abandoned ostrich egg -Nick Brandt |
Lion before storm -Nick Brandt |
Lion before storm II -Nick Brandt |
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jueves, 15 de noviembre de 2012
Un disparo: Con vistas al océano
Guardería de Los Rosales - A Coruña © Jesús Risueño-Fotografía |
Este edificio es una moderna guardería de la zona en que vivo aquí en Coruña, con unas maravillosas vistas sobre el Océano Atlántico. Los atardeceres y las panorámicas cuando hay tormenta son impresionantes. Cada vez que paso por allí me gusta pensar que una joven generación esta siendo educada, por lo menos en ese edificio, con una amplia visión del horizonte.
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miércoles, 14 de noviembre de 2012
Postdamer Platz
Cúpula del Sony Center. Postdamer Platz - Berlín © Jesús Risueño Fotografía 2012 |
Siendo originalmente un cruce de caminos, la Postdamer Platz que toma su nombre de la Puerta de Postdam y de la estación de tren que antiguamente albergaba, tuvo un auge espectacular con el desarrollo del Berlín imperial de fines del siglo XIX y principios del XX. Llegó a contar con cinco grandes hoteles y fue en esta plaza, símbolo del Berlín más cosmopolita, donde se instaló el primer semáforo de Europa. Tras la Segunda Guerra Mundial, en la que fue literalmente arrasada por los bombardeos, quedó en tierra de nadie, atravesada por el muro en la franja de división entre las zonas soviética y occidental. Por este motivo su reconstrucción no pudo ni siquiera plantearse hasta la reunificación, pero en poco más de una década su transformación ha sido espectacular. Con una arquitectura ultramoderna, que en nada recuerda a su estado original, la Postdamer Platz ha vuelto a convertirse en uno de los enclaves más bulliciosos y emblemáticos del nuevo Berlín que, hace falta estar ciego para no verlo, va en ascenso vertical a velocidad de cohete. Sede de la Berlinale (el festival de cine que otorga los famosos osos), de un tremendo centro comercial, el Sony Center, obra del arquitecto Helmut Jahn con una impresionante cúpula hight-tech, y de grandes torres acristaladas de oficinas, esta plaza vuelve a ser hoy un punto de obligada visita para quien se deje caer por la capital alemana. Si es usted amante de la arquitectura moderna el disfrute está asegurado, caso contrario les recomiendo la visita nocturna, el ambiente es estimulante y se pueden obtener atractivas fotos de recuerdo. Saludos.
Postdamer Platz. Berlín. © Jesús Risueño Fotografía, 2012 |
Entrada al Sony Center. Postdamer Platz - Berlín © Jesús Risueño Fotografía 2012 |
Postdamer Platz - Berlín © Jesús Risueño Fotografía 2012 |
Bahn Tower. Postdamer Platz - Berlín © Jesús Risueño Fotografía 2012 |
Postdamer Platz, 1945. Imagen de la Deutsche Fotothek. |
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sábado, 10 de noviembre de 2012
Pierre Gonnord. Retratos
Serie Territoires: Harper - Pierre Gonnord, 2012 |
Concluimos tras los posts sobre Heskens y Tagliavini esta particular trilogía dedicada al retrato contemporáneo con Pierre Gonnord, a quien La Fábrica dedica nuevo libro, esta vez no en formato de bolsillo como el anterior sino un completo volumen que recoge más de 100 retratos realizados entre 1999 y 2012, con prólogo de Juan Bonilla.
Pierre Gonnord es un fotógrafo francés afincado en España desde 1988, aunque sus fotografías recogen sujetos de diversas procedencias. Como él mismo declara "Empecé fotografiando la gente de mi barrio y poco a poco fui necesitando ir a otros lugares, encontrarme con otra gente". Es esta, como bien señala Juan Bonilla, una búsqueda paradójica, ya que el fotógrafo recorre el mundo pero sus fotografías parecen decirnos que se ha quedado quieto. Tiene esto mucho que ver con su personal concepción del retrato consistente en aislar totalmente al individuo de su entorno. ”Me interesa descontextualizar los escenarios. Es una forma de centrarme en el rostro, conseguir que sea algo más abstracto. No quiero describir, sobre todo porque vengo de una generación que ha descrito más el entorno y ha dejado el personaje como una silueta anodina. Pero yo no, yo voy al individuo, que es lo que realmente me interesa.”
La evolución de Gonnord hacia una focalización cada vez más acusada sobre el individuo, un acentuado uso del claroscuro, que recuerda a la pintura tenebrista del Barroco y una creciente profusión en "personajes un poco rebeldes, con mucho carisma y vidas peculiares" (en palabras del propio autor) han provocado una marea de comparaciones de su obra con la pintura de Ribera, Rembrandt o el propio Velázquez... algo que, como se dice en el prólogo del libro, subraya su condición de clásico, "es decir de alguien que ha conseguido que la época en que realizó su trabajo no importe tanto tanto, aunque sea protagonista, porque siempre será actual, porque seguirá vivo." En otras palabras, una obra que aspira a lo intemporal.
No es mi intención abundar más en la avalancha de comentarios sobre Gonnord (algunos de ellos a mi humilde juicio un tanto desmedidos) que proliferan estos días como setas por la Red, de manera que por hoy lo dejamos así, no sin antes regalarles, queridos lectores, una útil advertencia. Es este un libro denso, muy denso diría yo, sobre una obra a su vez de gran calidad pero nada fácil de digerir. No les recomiendo que pretendan asimilarlo de una sola sentada o corren el peligro de que, como a un servidor de ustedes, tengan que extraerles del sofá con fórceps. Y es que si, como decía Oscar Wilde (acertadisimamente citado por Bonilla), el matrimonio es una carga tan pesada que hacen falta tres para sostenerla, el espectador que es la tercera pata del particular matrimonio que forman en todo retrato modelo y fotógrafo requiere en esta ocasión de una especial fortaleza. Porque nos enfrentamos, sin duda, a un artista y unos personajes de enjundia que, como los buenos licores, deben ser paladeados en su correcta dosis. Un saludo.
La evolución de Gonnord hacia una focalización cada vez más acusada sobre el individuo, un acentuado uso del claroscuro, que recuerda a la pintura tenebrista del Barroco y una creciente profusión en "personajes un poco rebeldes, con mucho carisma y vidas peculiares" (en palabras del propio autor) han provocado una marea de comparaciones de su obra con la pintura de Ribera, Rembrandt o el propio Velázquez... algo que, como se dice en el prólogo del libro, subraya su condición de clásico, "es decir de alguien que ha conseguido que la época en que realizó su trabajo no importe tanto tanto, aunque sea protagonista, porque siempre será actual, porque seguirá vivo." En otras palabras, una obra que aspira a lo intemporal.
No es mi intención abundar más en la avalancha de comentarios sobre Gonnord (algunos de ellos a mi humilde juicio un tanto desmedidos) que proliferan estos días como setas por la Red, de manera que por hoy lo dejamos así, no sin antes regalarles, queridos lectores, una útil advertencia. Es este un libro denso, muy denso diría yo, sobre una obra a su vez de gran calidad pero nada fácil de digerir. No les recomiendo que pretendan asimilarlo de una sola sentada o corren el peligro de que, como a un servidor de ustedes, tengan que extraerles del sofá con fórceps. Y es que si, como decía Oscar Wilde (acertadisimamente citado por Bonilla), el matrimonio es una carga tan pesada que hacen falta tres para sostenerla, el espectador que es la tercera pata del particular matrimonio que forman en todo retrato modelo y fotógrafo requiere en esta ocasión de una especial fortaleza. Porque nos enfrentamos, sin duda, a un artista y unos personajes de enjundia que, como los buenos licores, deben ser paladeados en su correcta dosis. Un saludo.
Serie Territoires: Sophie - Pierre Gonnord, 2012 |
Serie Territoires: Charlotte - Pierre Gonnord, 2010 |
Serie Regards -Pierre Gonnord 1999 |
Serie Regards: Leonora -Pierre Gonnord 2000 |
Serie Regards: Pío -Pierre Gonnord 2000 |
Serie Regards: Sonia II -Pierre Gonnord 2000 |
Serie Regards -Pierre Gonnord 2000 |
Eva -Pierre Gonnord |
Serie Testigos: Nico -Pierre Gonnord 2004 |
Serie Regards: Kat -Pierre Gonnord 2001 |
Serie Regards: Koizumi -Pierre Gonnord 2003 |
Serie Regards: Maki -Pierre Gonnord 2003 |
Serie Regards-Pierre Gonnord 2003 |
Serie Regards: Patricia -Pierre Gonnord 1999 |
Serie Regards: Bright Orange -Pierre Gonnord 1999 |
Retratos -Pierre Gonnord |
Serie Testigos: María -Pierre Gonnord 2006 |
Serie Testigos: Kristov -Pierre Gonnord 2008 |
Serie Terre de personne: Armando/Miroslaw/Luis -Pierre Gonnord 2009 |
Serie Territoires: Friedrich -Pierre Gonnord 2010 |
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Jesus Risueño
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